Cebo de terneros en la propia explotación: nutrición, rentabilidad y medio ambiente
En el siglo XXI nos estamos encontrando con un paradigma: hemos de aumentar la producción de alimentos para poder mantener una población mundial creciente y a la vez hemos de limitar el uso de los recursos naturales, respetar el medio ambiente y velar por el bienestar animal. Todo ello asegurando un coste razonable para los consumidores y la máxima seguridad alimentaria. Parece difícil poder combinar todos estos factores con éxito.
Para poder conseguir una buena combinación de estos factores hay que trabajar sobre la nutrición, la salud y el manejo de los animales. El proyecto SOSTVAN tiene como objetivo estudiar el proceso de cebo de terneros en las explotaciones de origen, analizando no solo los costes de producción, sino también el impacto que tiene sobre la salud de los animales y el medio ambiente. El resultado final debe ser crear valor para el ganadero y aportar valor añadido al producto final mediante atributos muy valorados por el consumidor moderno, cada vez más preocupado por el bienestar animal y el medio ambiente.
Desde el punto de vista nutricional, no olvidemos que el pienso es el 40 % del coste de producción de un ternero, estamos desarrollando estrategias que nos permiten mejorar la digestibilidad de los piensos, de manera que podamos conseguir a la vez aumentar su valor nutricional, mejorar los rendimientos productivos y reducir la emisión de productos contaminantes como son el nitrógeno y el metano. Además, este aumento de digestibilidad del pienso ayudará al animal a tener un mejor estatus sanitario, lo que significa mayor bienestar para los animales y menor necesidad de tratamientos veterinarios.
Estamos en la era de la precisión y este es el mismo concepto que aplicamos en la producción de piensos compuestos: seleccionamos las materias primas por su calidad y formulamos los piensos por su valor nutritivo. El mayor conocimiento del funcionamiento del rumen, de las necesidades proteicas de los animales y de la composición de las distintas materias primas utilizadas nos permite formular piensos en función de su digestibilidad. Esto quiere decir que hemos dejado anticuado el concepto de proteína bruta o unidades forrajeras para pasar a valorar el contenido de aminoácidos, digestibilidad y degradabilidad. Con ello aportamos más nutrientes que puede aprovechar el animal y quedan menos nutrientes en heces que podrían ser utilizados por gérmenes patógenos o simplemente eliminados al medio ambiente.
Por otra parte, cuando engordamos a los terneros en las explotaciones de origen, o instalaciones anexas, reducimos de forma importante el estrés por transporte y evitamos la reagrupación con animales de distintos orígenes. Esto supone también reducir el riesgo de problemas sanitarios, sobre todo respiratorios, arrancar el cebo sin problemas de adaptación y mejorar el crecimiento y salud de los terneros. Por otra parte, la reducción del transporte de los animales implica una disminución de la emisión de gases de efecto invernadero.
En el proyecto SOSTVAN queremos combinar ambas estrategias para conseguir cuatro objetivos:
- Mayores rendimientos económicos para el ganadero, que hoy no obtiene cuando vende los animales para ser cebados fuera de su explotación.
- Mejores resultados zootécnicos de los terneros con piensos bien adaptados al sistema de cría y más digestibles y eficientes.
- Dar un valor añadido a la carne producida cuidando al máximo la salud de los animales, criándolos en condiciones respetuosas con el bienestar animal y el medio ambiente.
- Poner en conocimiento de toda la cadena alimentaria el proceso de producción a través de nuevas tecnologías blockchain que garanticen la trazabilidad del producto final y la transparencia de la información al consumidor.
Si quieres más información, consulta el siguiente vídeo en el que Jesús Carrizo Martín, director de nutrición de nuestro socio De Heus, analiza la importancia de la nutrición animal y su impacto en la rentabilidad de las explotaciones.